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Cold brew, la bebida refrescante del verano
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Maneras de preparar el café hay muchas. Cada persona tiene una manera diferente de disfrutar del café, gracias a las muchas recetas y trucos para prepararlo. Queremos enseñarte a preparar un tipo de café que rompe con muchos mitos y que te ofrecerá una experiencia muy diferente a lo que estás acostumbrado.
El Cold Brew es algo más que una bebida a base de café, es un estilo de elaboración del café que hace que el café se macere en frío, que vaya cogiendo forma, sabor y color poco a poco. Y en frío, sin necesidad de utilizar agua caliente.
Cómo se prepara el Cold Brew
A diferencia de un café tradicional, que se prepara con agua caliente y de manera inmediata, el Cold Brew necesita tiempo, frío y paciencia. El resultado es muy diferente y permite tomar una bebida de café completamente distinta.
No hay un sabor definido para este tipo de café, ya que el resultado final depende de muchos factores. Desde el tipo de café que se utiliza, cómo se realiza la molienda y otros factores, como la temperatura del agua hasta el tiempo de maceración, hacen que cada elaboración presente características diferentes.
Eso sí, hay unos ingredientes básicos y unos pasos a seguir para conseguir esta bebida de café. Veamos cómo se prepara el Cold Brew.
Para comenzar, hay que moler el café en grano con un punto de molido grueso. No hace falta que el molido sea muy fino, ya que se trata de una preparación que se ha de dejar reposar durante un tiempo para que se pueda tomar. La cantidad recomendada es de 100 gramos. La elección del café en grano es a elección del consumidor.
Después se ha de depositar el café molido en un filtro y verter sobre él un litro de agua. El agua ha de dejarse en un recipiente con esa capacidad. El filtro se debe dejar sumergido en el agua, para que vaya macerando poco a poco.
Hay que tener previsión y que el filtro no permita que se salga el café molido. Una vez sumergido en el agua, se ha de tapar el recipiente para evitar que entré en contacto con el aire.
Se ha de dejar infusionar a temperatura ambiente durante varias horas. Una vez transcurrido ese tiempo de infusión, hay que quitar el filtro, con el café dentro y la infusión resultante se ha de verter en una botella o jarra. Esta se ha de conservar en la nevera.
Para disfrutar de esta bebida fría a base de café, lo mejor es tomar el Cold Brew natural, sin añadidos. Pero como los gustos son los que mandan, se puede añadir leche, crema o incluso nata, para conseguir una versión muy cremosa de esta bebida.
Ahora ya sabes qué es el Cold Brew y cómo preparar esta bebida que puede ser una muy buena idea para disfrutar de un café diferente en los meses de más calor.
Curiosidades sobre el Cold Brew
Aunque a menudo se confunde por los profanos en la materia con el café frío o servido con hielo, según hemos podido ver en los pasos a seguir para su preparación, el Cold Brew no tiene mucho que ver con esta otra bebida, aunque ambas tienen en común el hecho de ser alternativas más refrescantes y apropiadas para los meses de verano que las bebidas de café caliente habituales.
A continuación te contamos algunas curiosidades que rodean a esta particular manera de infusionar el café.
Preparación lenta
Si vas a preparar Cold Brew más te vale no tener prisa por disfrutar de tu café y armarte de paciencia, ya que el proceso es bastante lento y, para poder realizarlo de forma apropiada, es necesario dejarlo macerar durante mucho tiempo: entre 12 y 24 horas dependiendo del tipo de café y de la intensidad de sabor que deseemos.
Sabor diferente a partir de los mismos granos de café
Podemos preparar un espresso y un Cold Brew a partir del mismo tipo de café en grano y el resultado será una bebida de sabor completamente diferente en cada caso. El Cold Brew nos dará una bebida mucho menos amarga e incluso con sutiles notas dulces, ya que carece de la acidez que caracteriza a las bebidas de café calientes. Además, este tipo de café conserva todos sus nutrientes naturales.
Más cafeína
Un vaso de Cold Brew tiene aproximadamente 50 mg más de cafeína que su equivalente del tradicional café helado o con hielo. El motivo de que el Cold Brew tenga más concentración de cafeína es que, al tratarse de un proceso de infusión más lento, se dejan macerar los granos de café en el agua durante mucho más tiempo.
Diferencias en el precio
Al tratarse de un proceso más lento y costoso –dado que requiere más granos de café para su elaboración que otros tipos de bebidas similares– es habitual que en bares y restaurantes un vaso de Cold Brew tenga un precio más elevado que el clásico café helado.
Se prepara en concentrado
Precisamente por su proceso de preparación, mucho más lento que el de otras bebidas de café, es habitual agilizar dicho proceso preparando una pequeña cantidad muy concentrada, de la que luego podremos obtener varias bebidas simplemente añadiendo agua para diluir el concentrado inicial.
Una misma bebida, diferentes intensidades
Como podemos diluir nuestro Cold Brew añadiendo más agua después de su preparación, la intensidad de nuestro café es totalmente personalizable y podremos ajustarla según nuestras preferencias personales o el momento del día.
Tómalo con leche o crema y azúcar
Al ser una bebida dulce y sin rastro de la acidez de los cafés calientes, combina perfectamente con un poco de leche o crema y un toque de azúcar si queremos un acabado aún más dulce y cremoso. O podemos añadirle también unos cubitos de hielo si lo que buscamos es una bebida aún más refrescante.
Guárdalo en la nevera
Otra de las ventajas del Cold Brew es que no tiene por qué ser consumido justo después de su preparación. Podemos almacenarlo durante varios días en la nevera, en un recipiente cerrado, y así tenerlo listo para cuando queramos consumirlo.
Aunque precise de un proceso de elaboración más lento de lo que suele ser habitual con las bebidas de café calientes, el Cold Brew aporta muchas otras ventajas que lo convierten en la alternativa perfecta para acompañarnos durante los días más relajados de las vacaciones de verano.
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